lunes, 30 de marzo de 2015

¿Google Translate nos sacará el trabajo?

El avance de la tecnología es amenazante para muchas profesiones y la nuestra no está libre de peligro. Desde que comenzamos la facultad los profesores nos alentaron a seguir estudiando mediante la afirmación de que las computadoras nunca reemplazarían a los humanos por cuestiones de variación de sentido, contexto, frases idiomáticas, influencias culturales, etc. Lo cierto es que en los 10 años que transcurrieron desde que comencé a estudiar y el día de hoy las aplicaciones informáticas para traducir de forma automática cada vez son mejores y cada año que corre me pregunto si en el futuro tendré la misma cantidad de trabajo que tengo el día de hoy.

Muchos colegas son optimistas y creen que una computadora jamás podrá reemplazar la mente del hombre, pero si ya se creó la primera impresora que imprime alimentos ¿Cuánto faltará para que se cree la primera computadora que traduzca a la perfección?

Yo creo que lo más importante es mantenerse informado sobre los avances de la tecnología en el área, especialmente porque muchos traductores no saben que somos nosotros mismos los que colaboramos con estas herramientas para que cada vez traduzcan mejor ¿Cómo? De muchas formas, guardando nuestros glosarios o memorias de traducción en la nube, alimentando herramientas de traducción automática con nuestras memorias de traducción, o aprobando y rechazando los resultados que estas herramientas nos ofrecen al realizar búsquedas.

Y con esto no digo que esté mal aprovechar las facilidades que estas herramientas ofrecen, por el contrario. Creo que los traductores, en lugar de mostrar reticencia a la hora de analizar estas herramientas y negar que pueden llegar a reemplazarnos, debemos abrazar el cambio y buscar la forma de convivir con estas herramientas y sacar el mayor provecho posible de ellas. Google Translate no solo vino a ayudar a las personas que no saben los diferentes idiomas, también vino a agilizar y facilitar nuestro trabajo. ¿Nos reemplazará completamente? Aún no podemos saberlo, pero si fuera así, lo más probable es que sobrevivan los traductores que supieron aprovechar lo que Google tiene para ofrecer.

Por lo pronto, podemos seguir riéndonos de lo mal que traduce Google con MalindaKathleen Reese (@missmalindakaty quedarnos tranquilos que si nuestro trabajo en algún momento resulta amenazado, aún falta tiempo para que eso ocurra.



O con carteles como estos:


¿Qué es lo que tenemos que hacer?


¿Acá me puedo hospedar?


Lávese la mano, pero no se caiga. Ah! el hierro es chulo. WTF?

jajaja ¡qué peligro! Apáguelo antes que....

Cortesía de Conz Preti, pueden ver más carteles divertidos en BuzzFeed

viernes, 20 de marzo de 2015

¿Te animás a trabajar desde tu casa?

A veces, cuando un freelancer comenta que trabaja desde su casa, la respuesta inmediata es “¡qué bueno!”. No vamos a mentir, la verdad que es muy bueno: evitás el tránsito de la mañana para llegar al trabajo, organizás tus propios horarios y no tenés jefe. ¿Suena increíble, o no? Pero trabajar desde casa no es para todos. Algunas preguntas podrían ayudarte a decidir si este tipo de trabajo es para vos, o no.

¿Te gusta estar solo todo el día? Si trabajás desde tu casa, no tenés compañeros de trabajo, no necesitás interactuar con nadie y armás tu propia oficina, pero no todo el mundo disfruta de la soledad. Por eso algunos freelancers optan por trabajar en espacios co-working donde pueden estar en contacto con otros profesionales en ambientes descontracturados y fuera de casa.

¿Podés trabajar con todas las distracciones de la casa? Aunque suene irreal, muchas personas no logran concentrarse en el trabajo porque se ven tentadas a hacer las tareas domésticas, aún cuando no exista una necesidad inmediata de hacerlas. Claro que no hay nada de malo en poner a lavar la ropa mientras terminás un trabajo, pero se necesita rigor y lograr resistir las tentaciones si uno pretende trabajar desde casa para mantenerse. Por eso es útil organizarse y saber cuándo tomarse un recreo.

¿Podrías trabajar sin presión? No hay nadie que te controle, que te indique qué hacer ni cómo. Claro que la presión está puesta en entregar los trabajos en la fecha estipulada, pero ¿podrías trabajar sin alguien que realice un seguimiento de lo que hacés?

¿Cómo te llevás con tu computadora? Seguramente en algún momento de tu vida trabajaste en una empresa y seguramente esa empresa tenía un departamento de informática o al menos un equipo téc

nico que mágicamente se encargaba de solucionarnos todos los problemas informáticos. Pero al trabajar solos, tenemos que tener una buena relación con nuestra computadora y saber cómo resolver posibles problemas. De alguna manera, nos convertimos en expertos buscadores de soluciones on-line y descubrimos que siempre hay un tutorial esperándonos.

La lista podría seguir ya que hay muchos factores a tener en cuenta para decidir trabajar desde casa, pero al menos estas breves preguntas te pueden dar una idea de la vida de un freelancer. ¿Es para vos?


@RIMATrads | RIMA Traducciones

lunes, 16 de marzo de 2015

Las 3 fases del traductor independiente

Existen tres fases que la mayoría de los traductores freelancers atraviesa ¿En cuál estás vos?
Fase 1: Has estado postergando tu comienzo por algunos meses o, incluso, años, cuando decidís comenzar a trabajar de forma independiente. El trabajo comienza a fluir con cierta regularidad. Aún hay altibajos, pero estás ganando buen dinero, o al menos lo suficiente. Probablemente estás trabajando en otro lugar al mismo tiempo, ahorrando un poco, o dependiendo de los ingresos de tu pareja o tus padres, pero considerás que tu trabajo como freelancer es una empresa en desarrollo: ¡lo vas a lograr! Esta es la fase que enfrenta la mayoría de los traductores en los primeros 3 años de recibido.
Fase 2: Trabajas como freelancer, pero comenzás a darte cuenta de que si querés ser un freelancer toda la vida, necesitás ganar más dinero, probablemente mucho más del que estás ganando ahora. Si querés un nivel similar de seguridad financiera al que tiene una persona en relación de dependencia, necesitás empezar a ahorrar para cuando te jubiles. Además, surge la necesidad de ganar lo suficiente como para que puedas tomarte unas vacaciones reconfortantes, o para seguir alimentando tu desarrollo profesional, con capacitaciones y herramientas, como computadoras y software. La euforia que sentías al final de la Fase 1 comienza a desvanecerse a medida que evaluás la cantidad que necesitás ganar para alcanzar ese nivel de seguridad. Por suerte, te abrís camino agregando algunos clientes directos o publicitándote efectivamente para conseguir clientes que paguen mejor en diferentes áreas. Esta fase se encuentra entre los 3 a 6 años de carrera. Podría decirse que la mayoría de nosotros, traductores de entre 25 y 35 años nos encontramos en esta fase, saliendo de la fase 1, estableciéndonos en la fase 2 y considerando la…
Fase 3: Luego de emplear X años de nuestra vida al trabajo freelancer y ganar una cantidad suficiente de dinero para alcanzar el nivel de seguridad financiera que te propusiste en la Fase 2, comenzás a sentirte más motivado por hacer trabajos que resulten satisfactorios, interesantes y que, tal vez, te den más tiempo o flexibilidad para realizar otras actividades no laborales. Pocos nos encontramos en esta fase, pero muchos traductores que sí lograron alcanzarla se encuentran mucho más entusiasmados con su trabajo que los que aún estamos en la fase 2, tal vez porque traducen más libros, o tal vez porque buscan el trabajo que realmente les importa. Tener esta fase en miras para el futuro es una buena forma de amar lo que uno hace hoy en día, un trabajo que nos permite una flexibilidad que los trabajadores en relación de dependencia no tienen y que les encantaría tener.
Muchos freelancers se quedan estancados entre la fase 1 y 2, con trabajo suficiente, ganando dinero suficiente y disfrutando lo suficiente. Es un lugar muy bueno para estar en comparación con tu lanzamiento, pero no es un lugar para estancarse por 20 años. Cómo salir de esa fase implicaría un post nuevo, pero por ahora lo importante es que identifiques en qué fase te encontrás hoy en día.

lunes, 9 de marzo de 2015

¿CÓMO DECIDO EN QUÉ ME ESPECIALIZO?


Medicina, literatura, ciencias sociales, tecnologías de la información, ámbito jurídico, finanzas… existen tantos campos de especialización como textos a traducir y, dado que no somos autómatas ni enciclopedias andantes, los traductores optamos por dedicarnos a la traducción especializada de determinados campos.

Me animaría a afirmar que casi todos los traductores alguna vez en su carrera se formulan la pregunta que titula nuestra entrada de hoy. La respuesta es simple: podemos elegir cualquier especialización y nuestra elección dependerá del mercado y nuestras necesidades.

Pero, ¿qué es “especialización”? Sabemos traducir, eso es seguro, pero no sabemos traducir todo, no nos sentimos cómodos frente a cualquier texto y tenemos facilidad para algunos temas y para otros necesitamos infinitas horas de búsqueda terminológica. Especializarse en un campo significa dedicarnos a traducir textos de ese ámbito, nutrirnos de terminología, tomar cursos, asistir a seminarios, contactar profesionales del ámbito en cuestión hasta dominar los textos y asegurar una traducción de calidad.


Optar por un área u otra dependerá de nuestros conocimientos, intereses y gustos. Y estos son factores claves, ya que uno se sentirá cómodo frente a textos que despiertan su interés o sobre los cuales ya ha adquirido conocimientos previos.

La elección del campo también puede depender de la demanda del mercado, la cual se mide no sólo en términos de cantidad de clientes, sino también según el tamaño de cada proyecto individual. Indudablemente, es más fácil encontrar estudios jurídicos especializados en marcas y patentes que precisen traducir documentación que un antropólogo que busca traducir un trabajo de investigación. La demanda existe y el traductor decidirá cuánto quiere esforzarse para encontrarla.


Sea cual fuere el área de especialización que optemos, siempre será beneficioso dedicarnos a algún ámbito en particular, ya que dominar un campo nos facilita el trabajo y nos abre cada vez más puertas en el mercado.

lunes, 2 de marzo de 2015

Un traductor profesional vs. alguien que habla dos idiomas

Frecuentemente, recibimos muchos correos electrónicos de personas que les gustaría incursionar en la traducción, pero muchas de ellas no tienen un título habilitante, no por ser estudiantes, que no sería un problema porque un estudiante aprende técnicas de traducción desde el primer día en la facultad, sino porque nunca estudiaron nada relacionado con la traducción, solo hablan más de un idioma, porque alguna vez lo estudiaron o vivieron en algún otro país.

Más allá de que puedan traducir lo suficientemente bien como para ofrecer un producto presentable, uno de los mayores problemas para trabajar con personas que quieren comenzar a incursionar en el mercado de la traducción, sin tener la profesión como principal medio de vida, es la falta de conocimiento para presupuestar adecuadamente el trabajo, calcular correctamente los plazos y contemplar todos los procesos necesarios para que una traducción quede lo mejor posible.

A veces nos preguntamos por el tipo de trabajo que puede ofrecer una persona que nunca ha vivido de esto, que solo lo hace como “changuita” para ganar unos pesos más y darle provecho a las clases de inglés que tomó en su adolescencia y llegamos a la conclusión de que no debe ser muy bueno. El cliente puede conseguir un producto más barato del que obtiene de un traductor profesional, con título habilitante y amplia experiencia en la materia, pero seguramente no obtendrá los mismos resultados.

Todo traductor profesional que acepta un trabajo de traducción garantiza que lo concluirá satisfactoriamente, en el plazo acordado, que los honorarios que cobran por su trabajo se adecuan al producto que ofrecen y que la traducción habrá pasado por todos los procesos de control de calidad adecuados.

Al menos eso ofrece RIMA Traducciones con cada uno de sus trabajos: puntualidad, responsabilidad y calidad.



viernes, 20 de febrero de 2015

¿Vivir para traducir o traducir para vivir?

Muchas veces, cuando conocemos a alguien, cuando estamos en una reunión familiar o simplemente mientras disfrutamos de una cena con amigos, se desliza en la conversación la pregunta del millón: “¿Vivís de la traducción?”. Aunque hay otra que es una de mis favoritas: “¿Sos traductora de cuántos idiomas?”, pero esta última la dejo para otra publicación, ya que merece una mención aparte.

Debería haber llevado un registro de preguntas y respuestas, las cuales fueron mejorándose con el tiempo porque uno adquiere experiencia laboral y sobre todo mucha paciencia. Obviamente nuestro interlocutor no tiene porqué saber cómo es el mercado laboral de la traducción ni mucho menos tener conocimiento sobre nuestro trabajo, pero qué suerte que nos conoce para que podamos explicárselo. El denominador común entre estas preguntas frecuentes es el hecho de que el trabajo del traductor está muchas veces menospreciado. Quizá es por el hecho de que muchas personas hablan idiomas extranjeros, especialmente inglés, y asocian el trabajo con una tarea mecánica que podría realizar cualquier persona con un poco de conocimiento sobre ambos idiomas.

Podría casi afirmar que una de las cosas más difíciles en el mercado traductor es introducirse en él. Algunos traductores tienen la suerte de que algún colega les da un empujón (con esto me refiero a que les envían trabajos y no qué los tira por un barranco), otros con menos suerte pero más arremangados deben abrirse camino solos, buscar clientes,  buscar trabajos, nunca dejar de buscar. Una vez adentro, el mercado es un círculo, surgen oportunidades nuevas, estamos en contacto con muchos colegas y, sobre todo, aprendemos a trabajar en equipo. Aunque la traducción parezca una profesión solitaria y absolutamente ermitaña, no lo es. La importancia de contar con un buen equipo de trabajo es fundamental si uno quiere desempeñarse en esta profesión durante años.

Como mencioné antes, la profesión es muchas veces menospreciada y por eso no se le suele dar importancia. Aquí entra en juego el tema de las tarifas. Cada traductor decidirá y ajustará sus tarifas según sus clientes y necesidades. Y cada cliente optará por un traductor u otro según sus tarifas y necesidades.

Vivir de la traducción es posible. No es fácil, pero tampoco inalcanzable. Requiere esfuerzo y dedicación. Después de todo, no hay nada más lindo que vivir de aquello que a uno le gusta y dedicarse de lleno a sus proyectos.


"El único lugar en el que éxito viene antes que trabajo es en el diccionario" 
Vidal Sassoon

viernes, 13 de febrero de 2015

6 tendencias en el crecimiento global de Internet que no pueden ignorarse

Todos los que tengan un interés en las tendencias de Internet deben estar al tanto de lo que pasa en línea. ¿Acaso no nos afecta a todos? Especialmente a nuestro negocio. Les presentamos las seis tendencias más críticas en el área del crecimiento global de Internet:

1. Los mercados emergentes dirigirán el futuro del mundo online. Alrededor del 40 % de la población del mundo tiene conexión a Internet. En 1995, era menos del 1 %. El número de usuarios en Internet se multiplicó por 10 entre 1999 y 2013. El primer mil millón se alcanzó en 2005, el segundo en 2010 y el tercero en 2014. La mayor parte del crecimiento proviene de los mercados emergentes.

2. Tal vez se sorprenda al enterarse que la Argentina se encuentra entre los principales 15 países que alimentan el crecimiento de Internet. En orden de importancia, estos países son los siguientes: China, India, Indonesia, Irán, Rusia, Nigeria, Filipinas, Brasil, México, Estados Unidos, Argentina, Egipto, Colombia, Turquía y Vietnam. De hecho, la Argentina es el tercer país en el que se registró el crecimiento continuado más alto año tras año, con un 57 % se encuentra después de Irán e Indonesia.

3. El potencial de crecimiento de Internet permanece muy alto para muchos mercados. A pesar de contribuir significativamente con el crecimiento de Internet, algunos países solo tienen un porcentaje mínimo de población con conexión a Internet, por lo que representan un potencial muy grande para el crecimiento futuro, como la India (11 %), Indonesia (23 %) y Nigeria (30 %).

4. La mayoría de los sitios web principales son estadounidenses, pero la mayor parte de los usuarios de Internet no lo son. 8 % de las principales 10 empresas globales, dentro de las que se incluyen Facebook, Google y Twitter, tienen sus sedes en los Estados Unidos. Sin embargo, 81 % de sus usuarios son extranjeros. De hecho, dos de los sitios con más tráfico en el mundo, Tencent y Baidu, tienen 0 usuarios estadounidenses.

5. La adopción de smartphones está aumentando, especialmente en los mercados emergentes. La adquisición de celulares con acceso a Internet aumentó vertiginosamente. El crecimiento más rápido se registró en la India, Indonesia, Rusia y México.

6. El tráfico de Internet a través de teléfonos móviles conforman una gran parte de tráfico global. En 2008, el tráfico por celulares era menos del 1 % del tráfico total. Para 2015 se prevé un consumo de alrededor de 50 millones de terabytes en tráfico móvil en el mundo, cuando en 2014 se alcanzaron los 32 millones. El impulsor principal del crecimiento de tráfico de datos a través de celulares son las aplicaciones móviles.

El mercado de la traducción no puede ignorar estas tendencias ya que son el indicador principal de la ubicación de nuestros potenciales clientes y del tipo de trabajo que liderará el mercado del futuro.



viernes, 6 de febrero de 2015

El traductor nómade

Una de las definiciones que proporciona la RAE para el término nómade (o nómada) es aquel “que está en constante viaje o desplazamiento”.

Todo traductor que esté leyendo esta entrada se sentirá familiarizado con esta definición, ya que alguna vez ha trabajado contra reloj desde lugares insólitos y a horas desmedidas para poder cumplir con una entrega que se atrasó porque se cortó la luz, el monitor no prendió o la impresora no quiso funcionar ese día.

Esto me permite introducir una de las maravillosas ventajas del traductor freelancer: libre disponibilidad de oficina. Porque, tal como leí una vez por ahí, el “free” de “freelancer” significa “libre” y no “gratis”. Como autónomos, tenemos que saber aprovechar esta pequeña ventaja y hacer que los vientos soplen a nuestro favor. Por ejemplo, es de gran utilidad separar el horario laboral del horario hogareño, ya que si no, nos encontraremos traduciendo y al mismo tiempo haciendo tareas domésticas. Si bien es verdad que hoy en día nuestras actividades suelen ser multi-propósito, la idea no es agobiarse, sino saber organizarse y avanzar.

Siempre es importante tener un plan B para contingencias no deseadas. Por eso cuando calculamos los plazos de entrega de las traducciones, debemos contemplar unas horas extra para evitar correr a último momento el día que la impresora  dejó de ser nuestra aliada. Además, ante los frecuentes cortes de luz que sufrimos todos los veranos en nuestra ciudad, es recomendable tener un back-up constante de toda nuestra información y algún lugar donde poder escapar cuando, de manera impredecible, nos quedamos sin energía.


Al llegar el verano, algunos traductores se mudan de oficina. Aquellos que tienen la posibilidad, pasan los meses de altas temperaturas en lugares más frescos y dividen sus días entre el descanso y el trabajo. ¡Qué placer terminar de trabajar y correr al mar! Otros, en cambio, prefieren tomarse días sólo para descansar y alejarse de la rutina de la ciudad por completo.

La vida del traductor nómade tiene sus encrucijadas, pero trae mucha satisfacciones que, si aprendemos a organizarnos, podemos disfrutar día a día.

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

Confucio

jueves, 29 de enero de 2015

La traducción es como la música

A la hora de preguntarnos si la traducción es un arte o una ciencia, no podemos dejar de afirmar que es una combinación de ambas. Algo similar ocurre con la industria de la música, que en los últimos años ha sufrido la revolución de la tecnología.

Se requiere mucha creatividad y talento para recrear la versión perfecta de los sentimientos en otro idioma. Sin embargo, los traductores también desarrollan tareas que son más científicas que artísticas, como cuando utilizan la tecnología para su trabajo.

Existe un gran preconcepto en lo que se refiere a la tecnología de la traducción. Muchas personas piensan que esta tecnología se refiere únicamente a las traducciones generadas por una computadora, como Google Translate. Cuando, en realidad, la tecnología de la traducción implica mucho más que eso.

Desde que se crearon las computadoras han existido diferentes tipos de tecnología para realizar traducciones. La mayoría no son completamente automáticas, ya que no automatizan completamente el proceso de traducción, sino solo partes de él, como el envío de archivos a los lugares adecuados, la búsqueda de terminología en los glosarios, la corrección de errores. No obstante, ninguna de ellas lleva a cabo el cambio lingüístico real. Los humanos son quienes lo hacen mejor que nadie.

Los traductores profesionales utilizan las herramientas de traducción por muchas razones. Puede acelerar su trabajo, asegurar una mejor calidad y preservar tanto la estructura de una oración como la tipografía adecuada. También proporciona el beneficio de acelerar el proceso y hacerlo más rentable.

Ya que mencionamos el tema de la rentabilidad, es difícil hablar de los costos de una traducción, porque las personas que son nuevas en el área suelen imaginarse que las traducciones son fáciles y que estarán inmediatamente disponibles sin costo alguno.  Por este motivo, los traductores profesionales se decepcionan cuando las discusiones sobre la traducción y la tecnología se reducen meramente a discusiones de costos, porque se simplifica la cuestión y se desvía la atención de lo que realmente importa en el trabajo: lograr que el mensaje se transmita de la forma más precisa y correcta posible en el otro idioma. Esto no es una tarea para nada fácil, y requiere una gran habilidad y dedicación.

Entonces, ¿en qué se parece la traducción a la música? El campo de la música es amplio y diverso. Si bien algunas personas lo hacen como profesionales pagos, otras hacen música sin entrenamiento alguno o por placer. Estos últimos, usualmente no se consideran lo suficientemente calificados como para vivir de ella. Es difícil determinar un valor para la música. La noción de “calidad” es completamente subjetiva y muy difícil de medir.

Una cosa es tocar un poco el piano y otra es ser un concertista de piano. De la misma forma, una cosa es hablar dos idiomas y otra es ser un traductor profesional. Cada lengua es un instrumento diferente, con un sonido propio y con notas que son muy fáciles de tocar en algunas circunstancias, pero que son muy difíciles, algunas veces casi imposible, de replicar en otras.

El lenguaje es una forma vital de expresión humana y se podría mantener que es incluso más importante que la música. Es tan vital que, de hecho, usualmente lo damos por sentado.



viernes, 23 de enero de 2015

Traducción y cultura

Si nos remontamos a los orígenes de la traducción, viajamos tanto en el tiempo que llegamos hasta la traducción de la Biblia, el libro más traducido en la historia mundial. Desde entonces, se han formulado numerosas teorías sobre la traducción, sus métodos, técnicas y estilos. Un elemento en común que podemos encontrar en la mayoría de los estudios sobre la traducción, y sobre el cual no quedan dudas, es que la traducción es una actividad que involucra dos idiomas y dos tradiciones culturales.

Por lo tanto, los traductores estamos permanentemente en contacto con un problema: cómo abordar los aspectos culturales implícitos en el texto de partida (el texto que debemos traducir) y transmitirlos al texto de llegada (la traducción propiamente dicha) procurando lograr que tenga el mismo efecto deseado por el autor. Y, como afirma Nida, este tipo de problema variará en mayor o menor medida según cómo sea la brecha lingüística entre los lenguajes involucrados.

Cuando hablamos de aspectos culturales no solo nos referimos a las formas de expresión de una determinada comunidad, sino también a los contenidos léxicos, la sintaxis, las ideologías y formas de vida. Como traductores, tenemos que tener la capacidad de distinguir esos aspectos culturales, jerarquizarlos y elegir en qué medida (y cómo) deben ser transmitidos al texto de llegada.

Para mencionar un caso frecuente, uno de los aspectos de esencial importancia para lograr una traducción eficaz es saber a quién va dirigido el texto fuente, quién será el lector de nuestra traducción. Por ejemplo, no es lo mismo traducir una novela basada en la segunda guerra mundial dirigida a un público adolescente estadounidense que un ensayo sobre la misma guerra destinado a estudiantes universitarios de historia en una universidad británica. Si bien los textos originales serán diferentes y sus vocabularios variarán notablemente, en la traducción tenemos que tener especial cuidado con las implicancias culturales de manera de poder transmitir lo que el autor desea.

Cuando traducimos, los elementos léxicos de un texto son igual de importantes que la comprensión del contexto social, económico y político en el cual ese texto fue escrito ya que de esa manera podremos transmitir de la mejor manera posible la intención del texto.

¿Y cómo identificamos las implicancias culturales? Leyendo. El traductor debe ser un ávido lector de todo tipo de textos y estar en permanente contacto con ambas culturas.

¡Qué bueno que nos gusta leer!

@RIMATrads | RIMA Traducciones

viernes, 16 de enero de 2015

Los 5 pasos para realizar traducciones públicas y no morir en el intento.

Nos llega un trabajo, es un contrato constitutivo y está en papel, con muchos sellos, firmas y anotaciones a mano. El cliente no lo tiene en formato digital. Nos dieron el original y tenemos pánico de que algo le pase. El trabajo es tan largo que debería compartirlo con mis colegas para llegar con las fechas, pero no queremos andar con el documento de acá para allá para no perderlo. La verdad que las traducciones públicas son tediosas, pero ¿podríamos facilitar la tarea? ¡Claro que si! Hoy les vamos a contar la forma más fácil de realizar una gran traducción pública y no morir en el intento.

Cuando tenemos que abordar un trabajo con estas características lo mejor es seguir los pasos que enumeramos a continuación para hacer un trabajo rápido, eficiente, prolijo y consistente:
1. DIGITALIZAR: Tener todo el texto original en la pc es de gran ayuda, porque de esta forma dejamos el documento en papel guardado y nos aseguramos de que esté seguro hasta el momento de entregar el trabajo. Si no tenemos escáner, cualquier gráfica digitaliza archivos y luego los envía por mail o los guarda en un PenDrive.

2. REARMAR: Con el documento en PDF podemos usar varios programas que lo transforman a Word y darle formato de traducción pública. Uno que funciona muy bien es el ABBYY PDF Transformer. Sabemos que esta es la parte más tediosa del trabajo, pero les aseguramos que una vez que terminen la traducción, van a agradecer haberlo hecho.

3. DIVIDIR: Con el documento en Word y en formato de traducción pública ya podemos contar las palabras y dividirlo entre nuestro grupo de traducción para que cada uno pueda arrancar a traducir su parte.

4. TRADUCIR: A la hora de traducir, es de gran utilidad subir el archivo a una herramienta de traducción y así compartir memorias y glosarios en el grupo y garantizar la consistencia en todo el documento a pesar de que seamos varios traductores trabajando en equipo. Siempre es bueno designar un líder de grupo para que organice el trabajo, determine cuáles son los términos confirmados y después realice una revisión general del documento para verificar que todo haya quedado bien y que no hayan inconsistencias.

5. SELLAR Y FIRMAR: Una vez concluida la traducción, solo queda imprimirla, adjuntarla al original, que estuvo todo este tiempo guardado en el lugar que lo dejamos después de escanearlo, cosellar todas las hojas, sellar la traducción y firmar.

¡Listo! Ya podemos avisarle al cliente que tiene la traducción terminada para que la pase a retirar y la lleve a legalizar al Colegio de Traductores Públicos que más le convenga.


viernes, 9 de enero de 2015

La vida del freelancer

Podría casi afirmarse que la vida del freelancer, o trabajador autónomo, no es para todos.
Algunas personas consideran que es demasiado difícil no tener horarios fijos que cumplir y lo asocian con posible irresponsabilidad de su parte. Más de una vez me han preguntado «¿cómo hacés?» Mi respuesta siempre es la misma: vivo de mi trabajo y, al igual que cualquier otro trabajador en relación de dependencia, me gusta ver mis progresos y que mi trabajo mejore día a día. Se necesita constancia, claro. La clave no sólo está en saber organizarse, sino también en disfrutar el trabajo día a día.

Una de las ventajas de ser freelancer es la posibilidad de poder arreglar el lugar de trabajo. Y eso no es poco, sobre todo cuando llega el verano y comienzan los cortes de luz. Si bien puede resultar incómodo trasladar nuestra oficina a un bar, la casa de un familiar o algún rincón que nos presten donde nosotros silenciosamente haremos nuestro trabajo sentados frente a una computadora, es una ventaja que nos permite organizarnos y cumplir con las fechas de entrega.

Otro aspecto positivo de trabajar independientemente es la libertad de horarios. Si bien el trabajo es demandante y no se puede descuidar ni un segundo, tener la posibilidad de elegir es gratificante. Es posible que hayamos tenido que trabajar un sábado, pero podemos luego disfrutar un lunes libre o terminar un viernes más temprano.


Tener la posibilidad de trabajar y disfrutar al mismo tiempo es maravilloso. Pero a no quedarse dormidos, que aunque tengamos la oficina en casa, es como cualquier otro trabajo y necesita de nuestra pasión y dedicación.

viernes, 2 de enero de 2015

Año nuevo, proyectos nuevos

A dos días de haber chocado las copas para darle la bienvenida al 2015 me siento frente a la computadora para escribir una nueva entrada en este blog y estoy completamente en blanco. En blanco como este nuevo año que acaba de comenzar y comienzo a pensar en los proyectos profesionales que desearía abordar.

Como suele ocurrirme, las expectativas son grandes y siempre pretendo hacer más de lo que realmente me da el tiempo. Pero con soñar no se pierde nada, ¿no?
Entonces, mi mente se traslada al año pasado y comienzo a ver qué conocimiento hubiera necesitado para encarar más fácilmente un trabajo de traducción, e inmediatamente lo recuerdo: html.

Creo que cuando dicen que los traductores tenemos que amigarnos con la tecnología se quedan cortos, no solo debemos ser amigos, creo que deberíamos pasar al segundo nivel y llegar a ser amantes, porque siempre recurrimos a ella y nos da una mano día a día en nuestro trabajo.

¿Y por qué quiero aprender algo de programación? Porque cada vez más debemos traducir páginas web y, si bien nuestras queridas herramientas de asistencia a la traducción (CAT Tools) nos facilitan el trabajo ocultando el código y mostrándonos solo el texto a traducir, más de una vez nos ha pasado que una vez que oprimimos el botón “limpiar” algo queda mal y en ese momento decimos ¡Qué bien me vendría entender este código!

Por este motivo he decidido que esto no me va a volver a pasar y que la próxima vez que deba traducir una página web voy a saber tanto de html que podría prescindir de las CAT Tools y traducir directamente sin ellas.