Fase
1: Has estado postergando
tu comienzo por algunos meses o, incluso, años, cuando decidís comenzar a
trabajar de forma independiente. El trabajo comienza a fluir con cierta
regularidad. Aún hay altibajos, pero estás ganando buen dinero, o al menos lo
suficiente. Probablemente estás trabajando en otro lugar al mismo tiempo,
ahorrando un poco, o dependiendo de los ingresos de tu pareja o tus padres,
pero considerás que tu trabajo como freelancer
es una empresa en desarrollo: ¡lo vas a lograr! Esta es la fase que enfrenta la
mayoría de los traductores en los primeros 3 años de recibido.
Fase
2: Trabajas
como freelancer, pero comenzás a
darte cuenta de que si querés ser un freelancer
toda la vida, necesitás ganar más dinero, probablemente mucho más del que estás
ganando ahora. Si querés un nivel similar de seguridad financiera al que tiene
una persona en relación de dependencia, necesitás empezar a ahorrar para cuando
te jubiles. Además, surge la necesidad de ganar lo suficiente como para que
puedas tomarte unas vacaciones reconfortantes, o para seguir alimentando tu
desarrollo profesional, con capacitaciones y herramientas, como computadoras y software.
La euforia que sentías al final de la Fase 1 comienza a desvanecerse a medida
que evaluás la cantidad que necesitás ganar para alcanzar ese nivel de
seguridad. Por suerte, te abrís camino agregando algunos clientes directos o
publicitándote efectivamente para conseguir clientes que paguen mejor en
diferentes áreas. Esta fase se encuentra entre los 3 a 6 años de carrera.
Podría decirse que la mayoría de nosotros, traductores de entre 25 y 35 años
nos encontramos en esta fase, saliendo de la fase 1, estableciéndonos en la fase
2 y considerando la…
Fase
3: Luego de
emplear X años de nuestra vida al trabajo freelancer
y ganar una cantidad suficiente de dinero para alcanzar el nivel de seguridad
financiera que te propusiste en la Fase 2, comenzás a sentirte más motivado por
hacer trabajos que resulten satisfactorios, interesantes y que, tal vez, te den
más tiempo o flexibilidad para realizar otras actividades no laborales. Pocos
nos encontramos en esta fase, pero muchos traductores que sí lograron
alcanzarla se encuentran mucho más entusiasmados con su trabajo que los que aún
estamos en la fase 2, tal vez porque traducen más libros, o tal vez porque
buscan el trabajo que realmente les importa. Tener esta fase en miras para el
futuro es una buena forma de amar lo que uno hace hoy en día, un trabajo que
nos permite una flexibilidad que los trabajadores en relación de dependencia no
tienen y que les encantaría tener.
Muchos freelancers se quedan estancados entre
la fase 1 y 2, con trabajo suficiente, ganando dinero suficiente y disfrutando
lo suficiente. Es un lugar muy bueno para estar en comparación con tu
lanzamiento, pero no es un lugar para estancarse por 20 años. Cómo salir de esa
fase implicaría un post nuevo, pero por ahora lo importante es que identifiques
en qué fase te encontrás hoy en día.
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