Cuando
tenemos que abordar un trabajo con estas características lo mejor es seguir los
pasos que enumeramos a continuación para hacer un trabajo rápido, eficiente,
prolijo y consistente:
1. DIGITALIZAR: Tener todo el texto original en la pc es de gran
ayuda, porque de esta forma dejamos el documento en papel guardado y nos
aseguramos de que esté seguro hasta el momento de entregar el trabajo. Si no
tenemos escáner, cualquier gráfica digitaliza archivos y luego los envía por
mail o los guarda en un PenDrive.
2. REARMAR: Con el documento en PDF podemos usar varios programas
que lo transforman a Word y darle formato de traducción pública. Uno que
funciona muy bien es el ABBYY PDF Transformer. Sabemos que esta es la
parte más tediosa del trabajo, pero les aseguramos que una vez que terminen la
traducción, van a agradecer haberlo hecho.
3. DIVIDIR: Con el documento en Word y en formato de traducción
pública ya podemos contar las palabras y dividirlo entre nuestro grupo de
traducción para que cada uno pueda arrancar a traducir su parte.
4. TRADUCIR: A la hora de traducir, es de gran utilidad subir el
archivo a una herramienta de traducción y así compartir memorias y glosarios en
el grupo y garantizar la consistencia en todo el documento a pesar de que
seamos varios traductores trabajando en equipo. Siempre es bueno designar un
líder de grupo para que organice el trabajo, determine cuáles son los términos
confirmados y después realice una revisión general del documento para verificar
que todo haya quedado bien y que no hayan inconsistencias.
5. SELLAR Y FIRMAR: Una vez concluida la traducción, solo queda
imprimirla, adjuntarla al original, que estuvo todo este tiempo guardado en el
lugar que lo dejamos después de escanearlo, cosellar todas las hojas, sellar la
traducción y firmar.
¡Listo! Ya podemos avisarle
al cliente que tiene la traducción terminada para que la pase a retirar y la
lleve a legalizar al Colegio de Traductores Públicos que más le convenga.
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