viernes, 23 de enero de 2015

Traducción y cultura

Si nos remontamos a los orígenes de la traducción, viajamos tanto en el tiempo que llegamos hasta la traducción de la Biblia, el libro más traducido en la historia mundial. Desde entonces, se han formulado numerosas teorías sobre la traducción, sus métodos, técnicas y estilos. Un elemento en común que podemos encontrar en la mayoría de los estudios sobre la traducción, y sobre el cual no quedan dudas, es que la traducción es una actividad que involucra dos idiomas y dos tradiciones culturales.

Por lo tanto, los traductores estamos permanentemente en contacto con un problema: cómo abordar los aspectos culturales implícitos en el texto de partida (el texto que debemos traducir) y transmitirlos al texto de llegada (la traducción propiamente dicha) procurando lograr que tenga el mismo efecto deseado por el autor. Y, como afirma Nida, este tipo de problema variará en mayor o menor medida según cómo sea la brecha lingüística entre los lenguajes involucrados.

Cuando hablamos de aspectos culturales no solo nos referimos a las formas de expresión de una determinada comunidad, sino también a los contenidos léxicos, la sintaxis, las ideologías y formas de vida. Como traductores, tenemos que tener la capacidad de distinguir esos aspectos culturales, jerarquizarlos y elegir en qué medida (y cómo) deben ser transmitidos al texto de llegada.

Para mencionar un caso frecuente, uno de los aspectos de esencial importancia para lograr una traducción eficaz es saber a quién va dirigido el texto fuente, quién será el lector de nuestra traducción. Por ejemplo, no es lo mismo traducir una novela basada en la segunda guerra mundial dirigida a un público adolescente estadounidense que un ensayo sobre la misma guerra destinado a estudiantes universitarios de historia en una universidad británica. Si bien los textos originales serán diferentes y sus vocabularios variarán notablemente, en la traducción tenemos que tener especial cuidado con las implicancias culturales de manera de poder transmitir lo que el autor desea.

Cuando traducimos, los elementos léxicos de un texto son igual de importantes que la comprensión del contexto social, económico y político en el cual ese texto fue escrito ya que de esa manera podremos transmitir de la mejor manera posible la intención del texto.

¿Y cómo identificamos las implicancias culturales? Leyendo. El traductor debe ser un ávido lector de todo tipo de textos y estar en permanente contacto con ambas culturas.

¡Qué bueno que nos gusta leer!

@RIMATrads | RIMA Traducciones

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