viernes, 6 de febrero de 2015

El traductor nómade

Una de las definiciones que proporciona la RAE para el término nómade (o nómada) es aquel “que está en constante viaje o desplazamiento”.

Todo traductor que esté leyendo esta entrada se sentirá familiarizado con esta definición, ya que alguna vez ha trabajado contra reloj desde lugares insólitos y a horas desmedidas para poder cumplir con una entrega que se atrasó porque se cortó la luz, el monitor no prendió o la impresora no quiso funcionar ese día.

Esto me permite introducir una de las maravillosas ventajas del traductor freelancer: libre disponibilidad de oficina. Porque, tal como leí una vez por ahí, el “free” de “freelancer” significa “libre” y no “gratis”. Como autónomos, tenemos que saber aprovechar esta pequeña ventaja y hacer que los vientos soplen a nuestro favor. Por ejemplo, es de gran utilidad separar el horario laboral del horario hogareño, ya que si no, nos encontraremos traduciendo y al mismo tiempo haciendo tareas domésticas. Si bien es verdad que hoy en día nuestras actividades suelen ser multi-propósito, la idea no es agobiarse, sino saber organizarse y avanzar.

Siempre es importante tener un plan B para contingencias no deseadas. Por eso cuando calculamos los plazos de entrega de las traducciones, debemos contemplar unas horas extra para evitar correr a último momento el día que la impresora  dejó de ser nuestra aliada. Además, ante los frecuentes cortes de luz que sufrimos todos los veranos en nuestra ciudad, es recomendable tener un back-up constante de toda nuestra información y algún lugar donde poder escapar cuando, de manera impredecible, nos quedamos sin energía.


Al llegar el verano, algunos traductores se mudan de oficina. Aquellos que tienen la posibilidad, pasan los meses de altas temperaturas en lugares más frescos y dividen sus días entre el descanso y el trabajo. ¡Qué placer terminar de trabajar y correr al mar! Otros, en cambio, prefieren tomarse días sólo para descansar y alejarse de la rutina de la ciudad por completo.

La vida del traductor nómade tiene sus encrucijadas, pero trae mucha satisfacciones que, si aprendemos a organizarnos, podemos disfrutar día a día.

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

Confucio

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