jueves, 29 de enero de 2015

La traducción es como la música

A la hora de preguntarnos si la traducción es un arte o una ciencia, no podemos dejar de afirmar que es una combinación de ambas. Algo similar ocurre con la industria de la música, que en los últimos años ha sufrido la revolución de la tecnología.

Se requiere mucha creatividad y talento para recrear la versión perfecta de los sentimientos en otro idioma. Sin embargo, los traductores también desarrollan tareas que son más científicas que artísticas, como cuando utilizan la tecnología para su trabajo.

Existe un gran preconcepto en lo que se refiere a la tecnología de la traducción. Muchas personas piensan que esta tecnología se refiere únicamente a las traducciones generadas por una computadora, como Google Translate. Cuando, en realidad, la tecnología de la traducción implica mucho más que eso.

Desde que se crearon las computadoras han existido diferentes tipos de tecnología para realizar traducciones. La mayoría no son completamente automáticas, ya que no automatizan completamente el proceso de traducción, sino solo partes de él, como el envío de archivos a los lugares adecuados, la búsqueda de terminología en los glosarios, la corrección de errores. No obstante, ninguna de ellas lleva a cabo el cambio lingüístico real. Los humanos son quienes lo hacen mejor que nadie.

Los traductores profesionales utilizan las herramientas de traducción por muchas razones. Puede acelerar su trabajo, asegurar una mejor calidad y preservar tanto la estructura de una oración como la tipografía adecuada. También proporciona el beneficio de acelerar el proceso y hacerlo más rentable.

Ya que mencionamos el tema de la rentabilidad, es difícil hablar de los costos de una traducción, porque las personas que son nuevas en el área suelen imaginarse que las traducciones son fáciles y que estarán inmediatamente disponibles sin costo alguno.  Por este motivo, los traductores profesionales se decepcionan cuando las discusiones sobre la traducción y la tecnología se reducen meramente a discusiones de costos, porque se simplifica la cuestión y se desvía la atención de lo que realmente importa en el trabajo: lograr que el mensaje se transmita de la forma más precisa y correcta posible en el otro idioma. Esto no es una tarea para nada fácil, y requiere una gran habilidad y dedicación.

Entonces, ¿en qué se parece la traducción a la música? El campo de la música es amplio y diverso. Si bien algunas personas lo hacen como profesionales pagos, otras hacen música sin entrenamiento alguno o por placer. Estos últimos, usualmente no se consideran lo suficientemente calificados como para vivir de ella. Es difícil determinar un valor para la música. La noción de “calidad” es completamente subjetiva y muy difícil de medir.

Una cosa es tocar un poco el piano y otra es ser un concertista de piano. De la misma forma, una cosa es hablar dos idiomas y otra es ser un traductor profesional. Cada lengua es un instrumento diferente, con un sonido propio y con notas que son muy fáciles de tocar en algunas circunstancias, pero que son muy difíciles, algunas veces casi imposible, de replicar en otras.

El lenguaje es una forma vital de expresión humana y se podría mantener que es incluso más importante que la música. Es tan vital que, de hecho, usualmente lo damos por sentado.



viernes, 23 de enero de 2015

Traducción y cultura

Si nos remontamos a los orígenes de la traducción, viajamos tanto en el tiempo que llegamos hasta la traducción de la Biblia, el libro más traducido en la historia mundial. Desde entonces, se han formulado numerosas teorías sobre la traducción, sus métodos, técnicas y estilos. Un elemento en común que podemos encontrar en la mayoría de los estudios sobre la traducción, y sobre el cual no quedan dudas, es que la traducción es una actividad que involucra dos idiomas y dos tradiciones culturales.

Por lo tanto, los traductores estamos permanentemente en contacto con un problema: cómo abordar los aspectos culturales implícitos en el texto de partida (el texto que debemos traducir) y transmitirlos al texto de llegada (la traducción propiamente dicha) procurando lograr que tenga el mismo efecto deseado por el autor. Y, como afirma Nida, este tipo de problema variará en mayor o menor medida según cómo sea la brecha lingüística entre los lenguajes involucrados.

Cuando hablamos de aspectos culturales no solo nos referimos a las formas de expresión de una determinada comunidad, sino también a los contenidos léxicos, la sintaxis, las ideologías y formas de vida. Como traductores, tenemos que tener la capacidad de distinguir esos aspectos culturales, jerarquizarlos y elegir en qué medida (y cómo) deben ser transmitidos al texto de llegada.

Para mencionar un caso frecuente, uno de los aspectos de esencial importancia para lograr una traducción eficaz es saber a quién va dirigido el texto fuente, quién será el lector de nuestra traducción. Por ejemplo, no es lo mismo traducir una novela basada en la segunda guerra mundial dirigida a un público adolescente estadounidense que un ensayo sobre la misma guerra destinado a estudiantes universitarios de historia en una universidad británica. Si bien los textos originales serán diferentes y sus vocabularios variarán notablemente, en la traducción tenemos que tener especial cuidado con las implicancias culturales de manera de poder transmitir lo que el autor desea.

Cuando traducimos, los elementos léxicos de un texto son igual de importantes que la comprensión del contexto social, económico y político en el cual ese texto fue escrito ya que de esa manera podremos transmitir de la mejor manera posible la intención del texto.

¿Y cómo identificamos las implicancias culturales? Leyendo. El traductor debe ser un ávido lector de todo tipo de textos y estar en permanente contacto con ambas culturas.

¡Qué bueno que nos gusta leer!

@RIMATrads | RIMA Traducciones

viernes, 16 de enero de 2015

Los 5 pasos para realizar traducciones públicas y no morir en el intento.

Nos llega un trabajo, es un contrato constitutivo y está en papel, con muchos sellos, firmas y anotaciones a mano. El cliente no lo tiene en formato digital. Nos dieron el original y tenemos pánico de que algo le pase. El trabajo es tan largo que debería compartirlo con mis colegas para llegar con las fechas, pero no queremos andar con el documento de acá para allá para no perderlo. La verdad que las traducciones públicas son tediosas, pero ¿podríamos facilitar la tarea? ¡Claro que si! Hoy les vamos a contar la forma más fácil de realizar una gran traducción pública y no morir en el intento.

Cuando tenemos que abordar un trabajo con estas características lo mejor es seguir los pasos que enumeramos a continuación para hacer un trabajo rápido, eficiente, prolijo y consistente:
1. DIGITALIZAR: Tener todo el texto original en la pc es de gran ayuda, porque de esta forma dejamos el documento en papel guardado y nos aseguramos de que esté seguro hasta el momento de entregar el trabajo. Si no tenemos escáner, cualquier gráfica digitaliza archivos y luego los envía por mail o los guarda en un PenDrive.

2. REARMAR: Con el documento en PDF podemos usar varios programas que lo transforman a Word y darle formato de traducción pública. Uno que funciona muy bien es el ABBYY PDF Transformer. Sabemos que esta es la parte más tediosa del trabajo, pero les aseguramos que una vez que terminen la traducción, van a agradecer haberlo hecho.

3. DIVIDIR: Con el documento en Word y en formato de traducción pública ya podemos contar las palabras y dividirlo entre nuestro grupo de traducción para que cada uno pueda arrancar a traducir su parte.

4. TRADUCIR: A la hora de traducir, es de gran utilidad subir el archivo a una herramienta de traducción y así compartir memorias y glosarios en el grupo y garantizar la consistencia en todo el documento a pesar de que seamos varios traductores trabajando en equipo. Siempre es bueno designar un líder de grupo para que organice el trabajo, determine cuáles son los términos confirmados y después realice una revisión general del documento para verificar que todo haya quedado bien y que no hayan inconsistencias.

5. SELLAR Y FIRMAR: Una vez concluida la traducción, solo queda imprimirla, adjuntarla al original, que estuvo todo este tiempo guardado en el lugar que lo dejamos después de escanearlo, cosellar todas las hojas, sellar la traducción y firmar.

¡Listo! Ya podemos avisarle al cliente que tiene la traducción terminada para que la pase a retirar y la lleve a legalizar al Colegio de Traductores Públicos que más le convenga.


viernes, 9 de enero de 2015

La vida del freelancer

Podría casi afirmarse que la vida del freelancer, o trabajador autónomo, no es para todos.
Algunas personas consideran que es demasiado difícil no tener horarios fijos que cumplir y lo asocian con posible irresponsabilidad de su parte. Más de una vez me han preguntado «¿cómo hacés?» Mi respuesta siempre es la misma: vivo de mi trabajo y, al igual que cualquier otro trabajador en relación de dependencia, me gusta ver mis progresos y que mi trabajo mejore día a día. Se necesita constancia, claro. La clave no sólo está en saber organizarse, sino también en disfrutar el trabajo día a día.

Una de las ventajas de ser freelancer es la posibilidad de poder arreglar el lugar de trabajo. Y eso no es poco, sobre todo cuando llega el verano y comienzan los cortes de luz. Si bien puede resultar incómodo trasladar nuestra oficina a un bar, la casa de un familiar o algún rincón que nos presten donde nosotros silenciosamente haremos nuestro trabajo sentados frente a una computadora, es una ventaja que nos permite organizarnos y cumplir con las fechas de entrega.

Otro aspecto positivo de trabajar independientemente es la libertad de horarios. Si bien el trabajo es demandante y no se puede descuidar ni un segundo, tener la posibilidad de elegir es gratificante. Es posible que hayamos tenido que trabajar un sábado, pero podemos luego disfrutar un lunes libre o terminar un viernes más temprano.


Tener la posibilidad de trabajar y disfrutar al mismo tiempo es maravilloso. Pero a no quedarse dormidos, que aunque tengamos la oficina en casa, es como cualquier otro trabajo y necesita de nuestra pasión y dedicación.

viernes, 2 de enero de 2015

Año nuevo, proyectos nuevos

A dos días de haber chocado las copas para darle la bienvenida al 2015 me siento frente a la computadora para escribir una nueva entrada en este blog y estoy completamente en blanco. En blanco como este nuevo año que acaba de comenzar y comienzo a pensar en los proyectos profesionales que desearía abordar.

Como suele ocurrirme, las expectativas son grandes y siempre pretendo hacer más de lo que realmente me da el tiempo. Pero con soñar no se pierde nada, ¿no?
Entonces, mi mente se traslada al año pasado y comienzo a ver qué conocimiento hubiera necesitado para encarar más fácilmente un trabajo de traducción, e inmediatamente lo recuerdo: html.

Creo que cuando dicen que los traductores tenemos que amigarnos con la tecnología se quedan cortos, no solo debemos ser amigos, creo que deberíamos pasar al segundo nivel y llegar a ser amantes, porque siempre recurrimos a ella y nos da una mano día a día en nuestro trabajo.

¿Y por qué quiero aprender algo de programación? Porque cada vez más debemos traducir páginas web y, si bien nuestras queridas herramientas de asistencia a la traducción (CAT Tools) nos facilitan el trabajo ocultando el código y mostrándonos solo el texto a traducir, más de una vez nos ha pasado que una vez que oprimimos el botón “limpiar” algo queda mal y en ese momento decimos ¡Qué bien me vendría entender este código!

Por este motivo he decidido que esto no me va a volver a pasar y que la próxima vez que deba traducir una página web voy a saber tanto de html que podría prescindir de las CAT Tools y traducir directamente sin ellas.