viernes, 21 de noviembre de 2014

Trabajo en equipo

 “Si quieres ir rápido, ve solo. 
Si quieres llegar lejos, ve acompañado” 
Proverbio africano.

La imagen que las personas tienen del traductor es la de una persona ermitaña, que trabaja sola en su casa, frente a su computadora y con una pila de diccionarios que lo rodean. En el mundo globalizado de hoy, con tiempos de entrega que siempre son para “ayer” y con volúmenes de palabras que pretenden alcanzar el nivel de producción de una máquina, es imposible  seguir pensando que el traductor es ese ente solitario que con sus estudios, su computadora y sus diccionarios lo puede todo.

Desde la facultad nos educan a ser individualistas, el trabajo en equipo no es algo que se mencione demasiado en las aulas. Además, durante la carrera de traducción nos malacostumbran con tareas en que no superan las 1000 palabras y, aunque pedagógicamente hablando estos trabajos son buenos para aprender ciertas técnicas de búsqueda, enfrentar desafíos terminológicos y resolver de problemas de traducción, no nos ayuda a saber manejar un volumen de trabajo extenso, algo tan necesario para que los alumnos sepan enfrentarse al mercado laboral que los está esperando.

“No hay problema que no podamos resolver juntos, 
y muy pocos que podamos resolver por nosotros mismos” 
Lyndon Johnson.

Los traductores nos especializamos en diferentes áreas, conocemos diferentes herramientas, tenemos diversas experiencias de trabajo y, por eso, ¿qué mejor que tener a alguien que nos de una mano con lo que nosotros no sabemos? La complejidad a la que se enfrentaban nuestros colegas más adultos que trabajaban sin las facilidades tecnológicas que tenemos hoy en día ya no existe. Los software de traducción, los medios de comunicación y la fuente de información que tenemos hoy con Internet vinieron para facilitar nuestro trabajo y, especialmente, para que el trabajo en grupo sea mucho más simple gracias al intercambio de memorias de traducción y de glosarios.

“Si estamos juntos no hay nada imposible. 
Si estamos divididos todo fallará” 
Winston Churchill.

Por más que nos cueste admitirlo, la traducción es nuestro medio de vida y la productividad es esencial para poder sustentar ese medio. Si traducimos rápido, vamos a ser productivos, pero es probable que cometamos errores que no cometeríamos si tradujéramos con más cuidado. Pero eso no significa que seamos malos traductores, sino que todo trabajo de traducción requiere de un proceso, con pasos que no pueden superponerse ni saltearse. Como siempre decimos en RIMA, “cuatro ojos ven más que dos” y, por eso, nuestro lema nos obliga a revisar los trabajos que hacen los otros miembros de nuestro equipo, así se garantiza una buena productividad sin afectar la calidad final del trabajo.

Lo más hermoso del trabajo en equipo 
es que siempre tienes a otros de tu lado” 
Margaret Carty.

El espíritu que se respira en un trabajo realizado con un buen equipo supera la soledad y la frustración en la que nos podemos encontrar los traductores cuando trabajamos individualmente. Las horas frente a la máquina pueden ser desesperantes, las búsquedas infructuosas llegan a ser estresantes y la falta de comunicación con el mundo exterior nos transforma en personas intolerantes. En cambio, tener a alguien del otro lado de la pantalla nos hace sentir acompañados, que uno no está solo en esto y que, después de todo, ambos estamos pujando para el mismo lado, para realizar un buen producto, dejar a nuestro cliente satisfecho y cobrar un buen dinerillo por el trabajo realizado. Pero ¿por qué no disfrutar el proceso?

Recordá: Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el éxito” Henry Ford.

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